No vas a encontrar un niño que sueñe con ser comercial de grande. No es una carrera. Nadie te certifica. No es un trabajo vocacional. No hay un título de comercial… y todos lo necesitan. No hay “el mundo o la vida” sin comercial. Según una encuesta de una prestigiosa empresa del ramo, entre el 37 y el 40% de las vacantes laborales lineales publicadas en un año, son del área comercial.  

Tú que necesitas un comercial, o tú, que vas a ser un comercial, léeme…

Has pensado que en una empresa: el comercial es quien conoce al cliente, conoce el producto, conoce la empresa, conoce la competencia, conoce el plan, conoce la venta, recopila información, es tu imagen, se reúne por ti, establece prioridades, media entre empresa y cliente  ?.... Y además de esto, se le exige ser empático, tener confianza en sí mismo, tener sentido del humor, tener actitud de éxito ante la vida y a la vez ser realista, respetar y ser respetado, ser eficiente y eficaz, y poner límites, sabiendo que el éxito no tiene límites. 

Es el perfil más buscado, y es un trabajo de actitud más que de aptitud. Es un perfil del que se espera proactividad y reactividad. Es un trabajo de ganas, de resultados y de cantidad.

En empresas como Johnson & Johnson, todos sus directores tienen que salir del área comercial. En empresas como Sales Hunters, se considera que “todos los elogios van dirigidos a que los comerciales estén contentos”.  Sin embargo, hay empresas donde aún prima la sensación de que el comercial es comercial, porque no ha sido capaz de encontrar algo mejor, mucha gente sigue viendo al comercial como una profesión que no querría para sí mismo, ni para sus hijos.

Es un trabajo de enamorar y creer, si tu cliente confía en tu comercial, va a confiar en tu empresa.  Es un trabajo de gentes… y la forma más segura de lograrlo es intentarlo siempre.

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