
Pruebas exploratorias. ¿Qué son y para qué sirven?
Existen varios tipos de pruebas de software. Cada una enfocada en cubrir una necesidad específica o algunas que son ideales para distintos momentos del proceso de desarrollo de un sistema o aplicación. Cuando comencé en el rol de Calidad o Tester Funcional, las pruebas exploratorias fueron de las que más me interesaron por la complejidad asociada a su propio nombre: la exploración.
Las pruebas exploratorias se utilizan mucho en contextos ágiles, y el objetivo fundamental es encontrar bugs complejos. Además son útiles para determinar errores en procesos específicos del sistema y conocer a profundidad la aplicación que se desarrolla para crear luego mejores casos de prueba.
Según la experiencia, es recomendable antes de comenzar con pruebas exploratorias definir dos puntos claves: el objetivo de la sesión de pruebas y el tiempo que se le va a dedicar. Un ejemplo real pudiera ser:
Objetivo: Verificar la integración de la aplicación con un software externo.
Tiempo: Sesiones de 1 hora diaria durante 3 días.
En este tipo de pruebas influye mucho la capacidad y la experiencia de los testers para encontrar puntos vulnerables y posibles errores. A medida que se analiza, se escriben casos de prueba y se ejecutan esos casos, por tanto no hay un detalle de pasos a seguir como en las historias de usuarios o requerimientos.
Lo ideal es combinar este tipo de pruebas con otros como pruebas funcionales, pruebas automatizadas, pruebas de regresión, etc. Los errores detectados deben detallarse lo suficiente para ser posible reproducirlos, estudiarlos y solucionarlos.
Así que si andas por los caminos del testing y aún no has experimentado con las pruebas exploratorias te invito a aplicarlas en tu próximo proyecto para complementar así el proceso de aseguramiento de la calidad y lo que es más importante, dejarle a tus usuarios el mejor sistema que puedan tener.